martes, 8 de septiembre de 2015

El tango de la guardia vieja, Arturo Pérez-Reverte

Hace tiempo tuve la suerte de asistir a la presentación en Sevilla de “El tango de la guardia vieja” de Arturo Pérez-Reverte. Admirado por unos, criticado por otros y respetado por todos, el consagrado escritor hizo una exposición amena de la novela y relató que cuando empezó a escribirla era aún un principiante en esto de las letras, y que tuvo que dejarla en un cajón y volver a retomarla con el tiempo, cuando los años ya le habían depositado suficiente oficio y experiencia para dedicarse a ella como merecía.
“El tango de la guardia vieja” es una historia de traición e intriga pero, sobre todo, una historia de amor que se prolonga a lo largo de cuatro décadas y en la que no faltan rencor, odios y encuentros inesperados que llevan al lector por las barriobajeras tabernas de Buenos Aires, el lujoso ambiente de Niza y la pasión de los muelles de Sorrento, entre otros lugares.
Los protagonistas son Max Costa, galán, bailarín, seductor y ladrón de guante blanco, y Mecha Inzunza, una mujer fatal viciosa y apasionada, cuya relación nace con el baile de un tango a bordo de un trasatlántico de lujo. El baile se convertirá en la seña de una relación maldita de encuentros y desencuentros, apariciones y desapariciones, que se dilatará en el tiempo como sólo los amores imposibles saben dilatarse.
Esta novela captó mi curiosidad desde el primer momento y debo decir que no me ha defraudado. Es muy fácil de leer, mucho más de lo que Pérez-Reverte nos tiene acostumbrados, y capta la atención del lector manteniéndolo en vilo hasta el final.
Una magnífica novela, recomendada para todo tipo de lectores, tanto para los incondicionales de este autor como para los que se acerquen a él por primera vez.





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