Sinopsis:
El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán.
Amaia también había
reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando
el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a
Johana, la adolescente hija de su mujer.
De pronto, el
juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse
en los baños del juzgado.
Ante la expectación y el enfado que la
noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía:
el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una
nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa
sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular
vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora
hasta un trepidante final.
Opinión:
En
esta segunda novela de la trilogía del Baztán, Amaia Salazar la inspectora ya
conocida por todos, debe trasladarse de nuevo a Elizondo, a casa de su tía
Engrasi, esta vez con su marido James y su hijo.
Ella
será nuevamente la encargada de investigar una serie de extraños sucesos que
acontecen en Arizkun, un pequeño pueblecito del valle del Baztán. Allí, algo muy
raro está pasando. Al parecer alguien está profanando la iglesia y dejando
unos huesos de bebés en ellas.
A
medida que leemos vamos descubriendo que todo lo que sucede, guarda cierta
relación con el pasado de Amaia. Por un lado la profanación de la Iglesia y por
otro los múltiples suicidios con la firma de un ser mitológico “Tarttalo”.
Es
imposible no vivir junto a la inspectora, todos y cada uno de los detalles que
suceden en la novela. Nos sumergimos de lleno en el misterioso mundo que
envuelve las orillas del Baztán a la espera de descubrir los incomprensibles
sucesos.
Son
unos tiempos difíciles para la inspectora en los que tiene que compaginar su
labor como investigadora y su vida familiar
poniendo ésta en peligro.
Nuevamente
la descripción que nos hace del Valle del Baztán con sus frondosos bosques, sus
ríos de aguas cristalinas, el frio y la lluvia, la aparición de esos seres
mitológicos desconocidos para muchos, nos hace imaginar esos lugares como si
estuviéramos allí.
Solamente
puedo decir ¡Bravo! a la autora que ha conseguido con su segundo libro que
continuemos leyendo con ansia las vicisitudes de la protagonista, creando una
cierta atmósfera de empatía hacia ella.
¡No
dejéis de leerla! Y a por la tercera.
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