Sinopsis:
Si
alguien decidiera crear una lista de crímenes idiotas, un secuestro
exprés en una isla solo figuraría después de un atraco a una comisaría o
a un banco de semen, de ahí que constituya sin duda la fechoría más
absurda del mundo. Y eso es precisamente lo que deciden llevar a cabo
Lola, el Marqués, el Flipao y el Salvaje en un plan infalible que además
es muy sencillo de ejecutar, al menos sobre el papel.
Pero
Gran Canaria es una isla rodeada de agua por todas partes menos por
una, que se llama Isidro Padrón, un hampón disfrazado de empresario que a
su vez despacha con un ruso que no tiene nombre, y si lo tiene nadie lo
dice, por lo que pueda pasar. Desbaratar el plan de cuatro malhechores
de pacotilla entra dentro de lo factible. Para él es cosa fácil, aunque
también en teoría.
Lo
que todos ignoran es que en apenas veinticuatro horas ninguno de ellos
será como es ahora porque habrán abierto la puerta del infierno.
Mézclese
este meollo con ron canario, agítese bien y el lector tendrá como
resultado un bebedizo torrencial, explosivo y tronchante de efectos
balsámicos. Y es que si hay novelas que curan, Las flores no sangran es
una de ellas. El genio de Alexis Ravelo convierte la novela negra en
algo maravillosamente abetunado o negruzco, menos oscuro y más humano,
con esperanza de sol y lamparones de sangre, pólvora y mojo, de vida al
fin: ese charco que nadie sabe pisar sin salir manchado.
Reseña:
En Gran Canaria, lugar idílico donde todo parece maravilloso, es donde se desarrolla la acción de esta novela de Alexis Ravelo.
Unos
ladronzuelos que se dedican a llevar a cabo atracos de poca
importancia, como tirones a viejas, robos en hoteles y timos de poca
monta, pretenden dar el golpe de sus vidas secuestrando a la hija de uno
de los magnates de la isla, Isidro Padrón, empresario relacionado con
la mafia y con temas de blanqueo de dinero.
Uno
de ellos trabaja como chófer para Padrón y es el que tiene la idea,
aprovechando que el empresario próximamente recibirá una importante
cantidad de dinero procedente de las mafias rusas.
Aunque parece una empresa fácil de llevar a cabo, nada sale como debía y la cosa se va complicando por momentos.
Todo
estaba planeado: fecha, hora del secuestro y lugar a donde llevarán a
la chica durante el tiempo que durase el encierro. Con lo que no cuentan
es con el empeño que pone el padre de la chica y su socio en descubrir a
los secuestradores e impedir que el dinero del rescate llegue hasta
ellos, aplicando sin escrúpulos todos los recursos de que disponen.
Opinión:
¡Vaya
novela!, es lo que me dije nada más comenzar a leer. Los personajes
“malos” nos caen simpáticos desde el principio debido a su “candidez”,
haciéndonos sentir que es realmente imposible que su proyecto tenga un
final feliz.
El
Marqués, el Flipao, el Zurdo, el Salvaje, el Margarito, etc. son
algunos de los apodos que reciben los singulares personajes que
organizan el secuestro, además de Lola, cooperadora imprescindible.
Del otro lado están el Yunque, el padre de la chica, Isidro Padrón, el Martillo y su socio, Marcos Perera.
Todos
son tan reales y humanos como la vida misma y en ellos se mezclan, a la
vez, sentimientos de odio, venganza y amor. Nunca habrían podido
imaginar que en el transcurso del secuestro sus vidas cambiarían de tal
manera. El instinto de supervivencia hará que se comporten como nunca
creyeron poder hacerlo, convirtiéndose en personas desconocidas para
ellos mismos.
La
trama se desarrolla en dos niveles muy parecidos pero a la vez muy
distintos. Los ladrones de poca monta con sus coches de segunda mano y
sus pistolas de juguete, y los ladrones de guante blanco, con traje y
corbata.
A
pesar de que estén actuando fuera de la ley, el lector empatizará con
ellos de inmediato y casi deseará que la empresa tenga éxito y que los
protagonistas consigan escapar y comenzar una nueva vida.
Me
ha encantado y espero que llegue a las manos de un gran número de
lectores que estoy segura se alegrarán de leerla. Mi más sincera
enhorabuena al autor.
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