¿Fue Méndez joven alguna vez? Obviamente no, pero hubo un tiempo en que tuvo diecisiete años.
LLÁMAME MÉNDEZ |
El joven Méndez, al que aún le quedan muchos años para convertirse en inspector de policía, se esforzará por atrapar al culpable, aunque para ello tenga que relacionarse con un atormentado comisario falangista, enfrentarse a la persona que más quiere y, tal vez, a su propio destino.
Reseña y Opinión:
En
1945, en Barcelona, en el Poble Sec, tras la segunda guerra mundial y la guerra
civil española, comienza la historia. Con el descubrimiento por parte del joven
Ricardo Méndez del cuerpo de una joven asesinada. Tenía alrededor de su cuello,
las tripas de un animal y un dedo amputado. Era Rosalía, la chica con la que
había bailado horas antes en la verbena de verano organizada por los vecinos.
El
comisario Laureano Castañeda es el encargado de la investigación, se trata de un tipo chapado a la antigua, que había
intervenido en la guerra civil como oficial en el bando nacional y en el frente
oriental de Rusia. Incondicional al régimen, persigue a anarquistas y
comunistas entre los que se encuentra Raimundo, tutor de Méndez desde que sus
padres murieron. Castañeda interroga a Ricardo ya que fue él quien encontró el
cadáver. De esta manera se conocen y nace entre ellos una especie de animadversión
que discurre paralela durante toda la novela.
Ambos
se proponen encontrar al asesino. Y para ello recurren a amistades que les
ayudarán aunque para ello deban superar momentos de gran peligro.
En
el camino, destaparán todo un operativo que se dedicaba a sacar topos de
España, rojos que vivían de forma clandestina. La doble vida de un señor
ejemplo de honradez y que se enriquecía con la pornografía y el estraperlo. El
desenlace no se conocerá hasta el final de la trama por lo que leemos con
avidez para conocer quién es el asesino.
En
fin, Victoria nos ha deleitado con este primer caso del inspector Méndez, personaje creado por su padre, Francisco González Ledesma. No falta de nada en la novela para hacerla entretenida y amena, tiene un
ritmo veloz que nos transporta a la Barcelona de aquellos tiempos y que nos
hace vivir en tensión la historia junto a los protagonistas.
Adelante
con su lectura, no os defraudará.
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